Como todos
sabéis presentamos el pasado mes de marzo una segunda queja ante el Justicia de
Aragón y lo hicimos fundamentalmente por dos motivos: primero, porque en las
sugerencias que éste le transmitía a los departamentos de Sanidad y Educación en
la primera queja, no solicitaba a la administración que llevara a cabo la
supervisión y la certificación, desde un punto de vista nutricional, de la
idoneidad de los menús escolares (el departamento de Educación actualmente delega
esta función en los consejos escolares de cada colegio), y segundo, porque exigimos
que se realicen inspecciones periódicas “sorpresa” en los comedores para tomar
muestras de la comida para su posterior análisis en los laboratorios, con el
objeto de comprobar si los valores nutricionales que anuncian las empresas de
catering en sus menús coinciden con lo servido. Este control ya se ejerce en
ciudades como Madrid o Barcelona por poner dos ejemplos.
ampas que hemos presentado la segunda queja, es decir, Lucien Briet, Miralbueno
I y Miralbueno II, Vadorrey, Hilarión Gimeno, Montecanal y Basilio Paraíso,
además de Fapar y la
Asociación de Celiacos de Aragón, se han ido sumando las ampas
de los siguientes centros: los colegios de educación infantil y primaria Cascón
y Marín y María Moliner School, ambos de Zaragoza, Gustavo Adolfo Bécquer de Garrapinillos
y Juan Pablo Bonet de Movera, el C.R.A. (colegio rural agrupado) María Moliner
de El Burgo de Ebro, el ceip Pirineos-Pyrénnées de Huesca, el ceip Pierres Vedel
de Teruel, el Román García de Albalate del Arzobispo, y los C.R.A. San Millán de
Orihuela del Tremedal y Santo Tomás de Aquino de La Ginebrosa.